Esta es la oración que dirige el Papa Francisco durante la coronación de la imagen de la Virgen de Guadalupe, al concluir la misa en la Basílica de Guadalupe.
* * *
Bendito eres, Señor,
Dios del cielo y de la tierra,
que con tu misericordia y justicia
dispersas a los soberbios
y enalteces a los humildes;
de este admirable designio de tu providencia nos has dejado un ejemplo
sublime
en el Verbo encarnado y en su Virgen Madre: tu Hijo, que voluntariamente se
rebajó
hasta la muerte de cruz,
resplandece de gloria eterna
y está sentado a tu derecha
como Rey de reyes y Señor de señores;
y la Virgen que quiso llamarse tu esclava,
fue elegida Madre del Redentor
y verdadera Madre de los que viven,
y ahora, exaltada sobre los coros de los ángeles,
reina gloriosamente con su Hijo, intercediendo por todos los hombres como
abogada de la gracia
y reina de misericordia.Mira, Señor, benignamente a estos tus siervos que,
al ceñir con una corona visible
la imagen de la Madre de tu Hijo,
reconocen en tu Hijo al Rey del universo
e invocan como Reina a la Virgen.Haz que, siguiendo su ejemplo,
te consagren su vida
y, cumpliendo la ley del amor,
se sirvan mutuamente con diligencia; que se nieguen a sí mismos
y con entrega generosa
ganen para ti a sus hermanos;
que, buscando la humildad en la tierra, sean un día elevados a las alturas
del cielo, donde tú mismo pones
sobre la cabeza de tus fieles
la corona de la vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
C. Amén.
Oración a la Virgen de Guadalupe por Papa Juan XXIII
Printer Friendly
¡Salve Madre de América! Celestial Misionera del nuevo Mundo, que desde el Santuario del Tepeyac has sido, durante más de cuatro siglos Madre y Maestra en la fe de los pueblos de América. Sé también su amparo y sálvalos, oh Inmaculada María; asiste a sus gobernantes, infunde nuevo celo a sus Prelados, aumenta las virtudes en el clero; y conserva siempre la fe en el pueblo. Que en todos los hogares florezca la santidad de la familia en cuyo seno la educación católica reciba, con tu mirada, saludable incremento.
Papa Juan XXIII, 12 de octubre de 1961
Oración a la Virgen de Guadalupe, Juan XXIII
del Papa Juan XXIII
¡Señora Nuestra de Guadalupe, que también a la tierra de México habéis querido dar especiales muestras de Benevolencia, y habéis prometido consuelo y ayuda a aquellos que os aman y siguen! Mirad benigna a todos vuestros hijos; ellos os invocan con confianza.
Conservad en nuestras almas el don precioso de la gracia divina. Hacednos dóciles a la voluntad del Señor, de tal manera que cada vez más se extienda su reino en los corazones, en las familias, en nuestra querida nación.
¡Oh Virgen Santísima! Estad con nosotros en las fatigas del trabajo cotidiano, en las alegrías, en las penas y dificultades de la vida, de modo que nuestro espíritu inmortal pueda elevarse, libre y puro, a Dios y servirlo gozosamente, con generosidad y fervor.
Defendednos de todo mal, Reina y Madre de México; y haced que seamos fieles imitadores de nuestro Jesús, que es camino, verdad y vida, a fin de que un día podamos, de vuestra mano, alcanzar en el cielo el premio de la visión beatífica. Amén.
Juan